No cabe duda que las cosas caen por su propio peso, y todo en su
momento queda al descubierto. Y eso es lo que esta pasando en Europa después de
cuarenta años de liberalismo, de grupos socialistas y de izquierda
que década tras década enseñaron que los antiguos valores
judeo -cristianos eran solo un estorbo al progreso y a la libertad
del hombre para vivir una vida plena y feliz.
Recordará usted
estimado lector un sin numero de novelas, películas y series donde se
mostraba el dilema ideológico entre liberales y conservadores y donde sin duda
los conservadores eran los malos, los retrogradas, los hipócritas, los que
no dejaban vivir con sus ideas arcaicas y anticuadas.
Década tras décadas
los medios de comunicación liberales fueron educando a las naciones de Europa a
vivir una vida desenfadada, promoviendo primeramente la unión libre y
viendo el matrimonio como una institución anticuada y detestable que atentaba
contra la libertad del individuo, después con el contagio del comunismo y
su aprobación del aborto, los socialistas y grupos de
izquierda comenzaron a introducir la idea del derecho al aborto como
parte del paquete de la liberación femenina, ¿Liberación de que? del matrimonio
y de los hijos, de que otra cosa seria.
Y obviamente no
olvidemos la promoción de los métodos de planificación familiar y el
bombardeo ideológico de no tener muchos hijos para vivir
mejor económicamente y donde la Iglesia católica y otros grupos
conservadores se opusieron a todas estas ideologías
que atentaban contra la célula de la sociedad que
es la familia, y donde hay que reconocer que los protestantes
se hicieron mas a la idea de los liberales en ese sentido de tener
menos hijos. Los grupos liberales acusaron a la Iglesia católica y a
los conservadores de vivir en el pasado y de querer imponer sus antiguos
valores de la familia que ya no iban de la mano con el progreso.
¡Recuerda usted
todo eso!
¿Ahora que a
pasado?
Pues ahora Europa
sufre una de sus mayores crisis, y no me refiero a la económica, sino a la
baja tasa de natalidad. Ante la destrucción de la familia y el matrimonio, un
gran porcentaje de la población decide aun casarse y tener pocos hijos, o otro
gran porcentaje de la población decide vivir una eterna soltería
donde la vida sexual se ve como simple entretenimiento y los
embarazos que se dan por esas relaciones sexuales insanas y por diversión
terminan en abortos masivos, el resultado es una disminución considerable de la
población, la cual es sustituida por inmigrantes de diferentes continentes.
Pero dentro del grupo de inmigrantes, los que tiene mas hijos son los
musulmanes, que en promedio tiene 6
a 7 hijos por familia.
Hace
unos días atrás un grupo de Nacionalistas Franceses tomaron una
Mezquita para
protestar contra la políticas franceses de abrir las
puertas a los inmigrantes islámicos y contra la proliferación de
Mezquitas en suelo francés que están cambiando tanto la identidad,
el entorno y el ambiente haciendo de Francia un país cada vez menos
europeo y cada vez mas de ambiente y atmósfera islámica.
Entre lo que
manifiestan estos nacionalistas franceses están los siguientes:
No
queremos extra-europea inmigración más, ni los edificios de las mezquitas
en suelo francés. Desde las primeras oleadas de inmigración africana y la
ley sobre la reunificación de las familias de trabajadores extranjeros en 1974, a nuestro pueblo
nunca se ha consultado sobre las poblaciones con las que han de obligarle a
convivir. La inmigración masiva transforma radicalmente nuestro país:
según el reciente trabajo del INSEE (Instituto Nacional de Estadística), el 43%
de los 18-50 años de edad de la región de París son inmigrantes o descendientes
de inmigrantes. Un pueblo puede recuperarse de una crisis económica o una guerra,
pero no de la sustitución de su población natal: sin francés, no hay más
Francia. Es
una cuestión de supervivencia: es por eso que todo pueblo tiene el derecho
absoluto a elegir si quiere dar la bienvenida a los extraños y de determinar su
prorrata.
Como verán estos
nacionalistas son muy consientes de la sustitución poblacional que se
esta dando en Europa, lo que no creo que estén muy conscientes es que
esto es el resultado de una necesidad ante la baja tasa de natalidad en Francia
como en el resto de Europa. Esto no es nada nuevo, el imperio Romano
también sufrió los mismo y tomo la misma decisión llenar
el imperio con bárbaros Y lo que voy a decirle lo tiene que analizar
con mucho cuidado estimado lector, sobre todo si usted participa del ideal
liberal y secular que gobierna nuestro mundo Occidental. El antiguo Imperio
Romano también experimento una baja tasa de natalidad ¿Y adivine de
que? de una decadencia moral, que los llevo a creer que el tener muchos hijos
les implicaría vivir en la pobreza. La siguiente historia creo que le
sonara conocida:
El
papel de infanticidio y el Aborto en la decadencia pagana de Roma
por Emmet
Scott, (octubre
de 2012)
La sociedad romana
que albergaba actitudes morales decadentes no vaciló en tomar medidas drásticas
para tratar el tema de las relaciones esporádicas no deseadas, y la práctica
del infanticidio estaba muy extendida y era común en el mundo
clásico. (Véase, por ejemplo. William V. Harris, “Exposición Infantil en
el Imperio Romano,” The Journal of Roman Studies , vol. 84
(1994)) Documentos oficiales romanos y textos de todo tipo ya desde el primer
siglo, el estrés y otra vez de nuevo las consecuencias perniciosas de baja tasa
de natalidad en Roma . Los intentos del emperador Augusto para
revertir la situación, aparentemente sin éxito, durante cien años más tarde
Tácito comentó que a pesar de todo “la falta de hijos había prevalecido” (Tácito, Anales de la Roma
imperial , iii, 25), mientras que hacia el comienzo del siglo II ,
Plinio el Joven, dijo que vivía “en
una época en que incluso un niño se considera una carga para la prevención de
las recompensas de la falta de hijos.” En
todo el tiempo que Plutarco cuenta que los pobres no educan a sus hijos por
temor a que sin una educación adecuada crecerían mal (Plutarco, Moralia ,
Bk. iv) y por medio de las Hierocles siglo II afirmó
que “la mayoría de la gente”, parecía negarse a criar a sus hijos por una razón
no muy elevada [sino de] amor a la riqueza y la creencia de que la pobreza es
un mal terrible. (Estobeo, iv, 24, 14) Se hicieron esfuerzos para
desalentar la práctica, pero al parecer sin éxito: las tasas de natalidad se
mantuvieron obstinadamente bajas y la población total del Imperio siguió
disminuyendo. (¿No es exactamente lo que esta pasando en la actual Europa?)
Un factor
importante y exacerbando en el segundo fue el hecho de que las niñas parecen
haber sido particularmente no deseadas. Una famosa carta, que data del
siglo I aC, contiene una instrucción de un marido a su mujer para matar a su
hijo recién nacido, si resulta ser una chica:
Todavía estoy en
Alejandría. … Ruego y suplico cuidar de nuestro hijo pequeño, y
tan pronto como recibamos los salarios, voy a enviarle a usted. Mientras
tanto, si (buena suerte a usted!) Dará a luz, si es un niño, deje que
viva, y si es una niña, la exponga. (Lewis Neftalí, ed.
“Papiro de Oxirrinco 744,” La vida en Egipto bajo el dominio romano (Oxford
University Press, 1985), pp 54)
Además del
infanticidio los romanos también practicaban formas muy eficaces de control de
la natalidad. El Aborto también era común, y causó la muerte de un gran número
de mujeres, así como la infertilidad en muchos otros, y se ha hecho cada vez
más evidente que la ciudad de Roma nunca, en cualquier etapa de su historia,
tenía una auto-sostenible población, y los números los tenían que reponer
continuamente por los recién llegados del campo. (Para una discusión,
véase Rodney Stark, el surgimiento del cristianismo: Una historia
sociólogo reconsidera (Harper Collins, 1996), pp 95-128)
En su estudio
mordaz de la historia social de Roma durante estos siglos el sociólogo Rodney Stark se
preguntó cómo el Imperio sobrevivió tanto tiempo como lo hizo, y llegó a la
conclusión de que sólo lo hizo a través de la importación continua de los
bárbaros y semi-bárbaros. Lejos entonces de ser una amenaza, los
“bárbaros” eran vistos como un medio por el cual Roma podría hacer asistencias
de mano de obra. El problema era que ni bien estos últimos se
establecieron dentro de las fronteras imperiales adoptaron actitudes romanas y
vicios. (¿No es lo mismo que esta haciendo la actual Europa con los
inmigrantes islámicos?)
Es muy posible
que, para el final del primer siglo, los únicos grupos en el imperio que iban
en aumento por el proceso demográfico normal eran los cristianos y los judíos,
y los dos eran virtualmente inmunes al contagio de actitudes romanas. (Las
consecuencias de descristianizar Europa y paganizarla con el
humanismo secular, ha dado como resultado volver al antiguo problema de la baja
tasa de natalidad)
Teniendo esto en
cuenta, varios escritores en los últimos decenios han sugerido que la adopción
de Roma del cristianismo en el siglo IV pudo haber tenido, como uno de sus
objetivos principales, la detención del descenso de la población del imperio. Los cristianos tenían familias
grandes y se caracterizaban por su rechazo del infanticidio. En tanto, la
legalización del cristianismo de Constantino puede tener la esperanza de
revertir la tendencia de la población. También fue, en algún grado, sólo
reconocer lo inevitable. (Ibid., pp 95-128) que los cristianos
finales del siglo III ya estaban la mayoría en algunas zonas de Oriente, sobre
todo en algunas partes de Siria y Asia Menor, y aparentemente eran el único
grupo (aparte de los Judíos) registrando un aumento en muchas otras
áreas. Esto se logró tanto por la conversión y la demografía simples. Los
Judíos también, en ese momento, fueron un elemento significativo de la
población del imperio – y por la misma razón: Ellos, al igual que sus primos
cristianos, aborrecían la práctica del infanticidio y
el aborto.Se ha estimado
que para el inicio del siglo IV los Judíos habían formado hasta una
décima parte de toda la población del Imperio. Independientemente de si
Constantino legalizó el cristianismo por lo tanto, parece que con el tiempo el
Imperio se habría convertido en cristiano, en cualquier caso.
La cuestión para
los historiadores fue: ¿Se conjetura de Constantino en un juego
probar correcto? ¿La cristianización del Imperiopodría detener el
declive? A primera vista, la respuesta parece ser “¡No!” Después de todo,
menos de un siglo después, la misma Roma fue saqueada por primera vez por los
godos y, a continuación, varias décadas más tarde, por los vándalos. Y el
año 476 el Imperio de Occidente se disolvió oficialmente. El consenso
general, entonces, desde hace tiempo, ha sido de alguna manera que el
cristianismo no logró detener la caída demográfica en Occidente, aunque se
admite que ciertamente lo hizo detener en el Este, donde la civilización
floreció como nunca antes en el quinto y sexto siglos. El Imperio
bizantino de este tiempo, ahora está claro, experimentó una edad de oro, con
ciudades y pueblos y poblaciones en expansión dramática de vivienda muy por
encima de cualquier cosa experimentada durante la época de los Césares. El Oeste
fue cristianizado a más tardar el Este, y, en cualquier caso, una parte más
rural y menos desarrollados del mundo, incluso en el apogeo del poder imperial
de Roma. Sin embargo, la evidencia ha comenzado a emerger que, incluso en
el cristianismo occidental hacia atrás llevó a un renacimiento, un renacimiento
que coincide precisamente con la adopción del cristianismo. Así, Irlanda
experimentó su época dorada propia a partir del siglo quinto tardío, y toda la
evidencia indica una población en expansión, con los colonos y misioneros
irlandeses extendiendo primero a través de las Islas Británicas y luego en el
continente europeo. España visigoda fue una de las primeras partes del
Oeste para ser plenamente cristianos, debido al menos en parte a la gran
población judía de la región. Y, por supuesto, a partir del siglo VI la
economía de España muestra señales de recuperación y su población empieza a
crecer. Durante finales del siglo séptimo y sexto y principios los
visigodos establecido al menos en cinco nuevas ciudades en la Península
Ibérica – los primeros asentamientos urbanos nuevos que se fundaron desde el
siglo II dC. Los restos enormes de Reccopolis, la más grande de las
ciudades visigodas, es ahora una atracción turística importante.
Se ha convertido
cada vez más evidente durante el medio siglo pasado, que mucho más de la
herencia de Roma sobrevivió a lo que se había imaginado hasta ahora, y que,
bajo la influencia del cristianismo, la civilización romana floreció tanto en
Oriente como en Occidente durante el sexto y principios del siglo VII.
Conclusiones:
Solo los necios y
fundamentalistas seculares pueden negar que la practica del aborto, no por
motivos de salud, sino por ideologías liberales de una vida solo de
placer, están acabando con Europa y su población nativa, que los
valores tradicionales de la familia fundados en el cristianismo y
el judaísmo son indispensables para una sociedad sana y dispuesta al
sacrificio personal y a la renuncia de comodidades egoístas por tener
una familia funcional. Y si los actuales estados buscan sustituir tales valores
judeo-cristianos, pues no han conseguido encontrar los valores equivalentes
para dicha sustitución, pues los valores seculares solo han paganizado
a Europa y la han llevada ha su antigua decadencia moral como la que vivió el
Imperio Romano.
Es absurdo y no
tiene ningún sentido haber descristianizado Europa para
ahora islamizarla Pues el islam en su cultura es una religión más
intolerante y no adoptará los valores democráticos y de
libertad de culto. Si Europa quiere salvarse de la islamización que solo los
nacionalistas de derecha ven, pues la ceguera de la izquierda no lo
quiere ver. No es la solución la prohibición de la inmigración ni la
deportación de los que ya están La verdadera solución y de fondo, es
volver a los valores familiares que durante cuarenta años los
liberales creyeron que eran arcaicos e innecesarios. No se trata de
regresar a la cultura católica romana, sino la solución es volver a Cristo, y
aprender de él el no amar las riquezas más que los hijos, el no
ser egoístas como para no querer tener hijos, el no vivir una
sexualidad irresponsable e insana y abortar a los hijos, sino aprender amar, y
entender que amar implica sacrificios y renuncia voluntaria de
placeres y privilegios.
El humanismo secular
nos ha demostrado que el hombre sin Dios solo busca el placer y se
hace egoísta. Y que las consecuencias de esas supuestas libertades, son
la auto eliminación acabando con la descendencia. No son los
musulmanes los que están acabando con la población europea, son los
propios europeos los que se esta acabando ellos mismo, los musulmanes solo
ocupan los lugares vacantes que deja la población natural. Es tiempo de cambiar
la mental dad y reconcomer que la vida solo se puede vivir
bien de una sola manera, y es por medio del amor y el sacrificio.
Fuentes: