miércoles, 13 de marzo de 2013

El Papa Francisco. El primer Papa Latinoamericano.


Como ya lo habíamos mencionado en el tema: "¿El Nuevo Papa Africano o Latinoamericano?". La Iglesia Católica tiene la gran necesidad de refrescar su imagen, y era importante que el Papa no fuera ni italiano ni europeo, ante el hecho de que Europa le ha dado la espalda a la FE. Por lo tanto se veía venir la gran posibilidad de un Papa Africano pues es el continente donde las misiones creasen de manera abundante, o Latinoamerica que es una zona donde se sigue concentrando una gran cantidad de católicos practicantes a pesar de arrollador secularizo que comienza a crecer. 

Aun así podemos ver en esta nueva elección papal que se dio una especie de negociación entre la linea dura y conservadora que hubiera preferido a un Papa italiano o europeo, y la linea que buscaba reafirmar una identidad entre el papa y los continentes de mayoría católica practicante. Al final fue un Papa de descendencia italiana de un país Latinoamericano como Argentina, que se ha caracterizado por pintar su linea con el resto de los países latinoamericanos, y autodenominarse como la "Europa de Sudamérica". Los argentinos nunca se han identificado con Latinoamerica y mucho menos con raíces indígenas, sino que se identifican más con Europa y con la cultura caucásica de Italia y Alemania. 

Por lo tanto la elección de un Papa argentino de padres italianos, es una decisión que por lo visto deja contentos a los jerarcas que quieren mantener la autoridad del Papa en la linea caucásico italiana, y los jerarcas que buscaban que África o Latinoamerica se identificaran más con la figura Papal. 

Pero independientemente de esas frivolidades, no se ve en el nuevo Papa Francisco I a un Papa reformador que valla a buscar los cambios que necesita la Iglesia para poder sobrevivir al mundo actual. Uno de sus cambios más urgentes es el fin del celibato en los sacerdotes. Un sacerdocio no célibe, donde puedan casarse y formar familias acercaría  a mas files que se podrían identificar con el cura. Y sobre todo los seminarios dejarían de ser centros de atracción para homosexuales sin llamado que solo buscan alcanzar estatus y un lugar atractivo entre más hombres y que muchos de ellos terminan por abusar de los más débiles  que son los niños. 

El fin del celibato en el sacerdocio y en el obispado dejaría atrás los mandatos humanos y se sería mas fiel a la doctrina apostólica que enseña que un buen pastor u obispo debe de ser un buen padre de familia (1 Timoteo 3: 3 y 4). Esta simple obediencia a las Escrituras, daría sanidad y mayor vocación al sacerdocio. 

Otro gran cambio que ayudaría a la Iglesia católica es un mensaje de salvación mas enfocado a la persona de Cristo que a los sacramentos rituales, que la salvación sea una relación entre el creyente y Cristo, sin impedimento alguno de ritos o sacramentos. Pero tales cosas parecen muy lejanas. Así que veremos si este cambio de un Papa Latinoamericano no se limita a "eso", a que el cambio en la Iglesia fue que el Papa dejo de ser europeo y no más cambios. Esperemos que no. 

jueves, 7 de marzo de 2013

Hugo Chávez. La esperanza de una nación en un ser mortal.



Que triste es ver a un pueblo en actitud de orfandad como el pueblo venezolano, que más de la mitad de dicho país  puso sus esperanzas en un hombre de carne y huesos, el cual adquirió todo el poder, no solo el ejecutivo, sino los demás poderes jurídico y judicial. Tomo el control de los medios de comunicación, e hizo alarde de grandeza y reto a los E.U.A. y a cual mandatario que se le oponía. 

Pero las ultimas palabras de Hugo Chávez fueron: "No me quiero morir, por favor no me dejen morir . . .". Las palabras de un ser mortal que por mas poder que tuviera no le ayudaría a ganar su vida.

Tal y como lo enseñó Jesús: Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?  . . .(Mateo 16:26). Los hombres sin Dios o que no confían en él, no tiene otra vida más que esta vida, la cual es injusta porque el hombre pecador la hace injusta, desde el seno familiar donde se les enseña a los hijos a mentir y ser corruptos, hasta los grandes  magnates que abusan del pobre para incrementar sus fortunas. El mundo siempre ha sido así, injusto y difícil  Y los hombres sin Dios buscan cambiar este mundo injusto en uno justo con su propio esfuerzo, sin entender que Jesús ya había trazado la línea para mejorar por lo menos tu entorno: "amar a tus enemigos, tú prójimo y perdonar 70 veces 7", pero los hombres prefieren poner su fe en otros hombres mortales y finitos, que utiliza el poder para dominar a los supuestos injustos y hacer justicia por la fuerza. 

El  pueblo venezolano necesitaría a un Hugo Chávez finito para lograr la ficticia justicia social, el problema es que Hugo Chávez no era infinito, pero aun así los hombres ponen su confianza y su esperanza en hombre mortales.


"Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová". (Jeremías 17:5). La era de Hugo Chávez ha terminado, ahora es el tiempo de la incertidumbre,  del hueco que no se puede llenar, del futuro liderazgo que no podrá cumplir con el papel que el pueblo espera y que constantemente comparará con el fallecido Chávez.

No se trata de juzgar al pueblo venezolano, pues ellos solo tuvieron la desdicha de tener a un hombre que realmente les llenara las expectativas y los llenaran de ilusiones, mientras que la gran mayoría de las naciones latinoamericanas están frustradas con sus gobernantes incapaces de llenar expectativas de justicia. Pero es un hecho que todos los pueblos buscan tener al frente a un hombre que les de esperanzas de una sociedad mas justa. Tampoco es el objetivo de juzgar a la persona de Chávez, sino de recordarle a la gente que la justicia social no existe, por el simple hecho de que el hombre es injusto, desde el más pobre hasta el más rico, tal y como lo enseña la Biblia, y que la solución a los problemas del hombre no los soluciona el hombre, como lo enseñan los humanistas, sino que el hombre solo logra la justicia acercándose a Dios, no a una religión, sino a Dios por medio de su Hijo Jesucristo, solo por medio de el se logra hacer el bien al enemigo, al prójimo y a uno mismo, y así enseñar a otros abandonar su injusticia. Por ello Cristo nos dejó la tarea de ir por el mundo y hacer discípulos entre las naciones (Mateo 28:19), para que abandonen la injusticia y practiquen la verdad. 

Pero lo triste es que los hombres prefieren que otro hombre les resuelva el dilema de la injusticia. Ni hablar. 



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