En esta imagen donde se ilustra la función de la sangre en nuestro cuerpo dirigido a un publico infantil. Deja en claro que la sangre es la que da vida a la carne, sea músculos u órganos. Este conocimiento adquirido por el desarrollo de la ciencia no estaba al alcance de los pueblos antiguos que desconocían la función de la sangre.
Fue hasta el
siglo XVI con Miguel Servet que inició el estudio de la circulación sanguínea hasta llegar a su pleno entendimiento con William Harvey en el siglo XVII. Y en los posteriores siglos la practica de las transfusiones de sangre, pone fin a las sangrías, método medico que consistía en desangrar al enfermo y que era el reflejo del desconocimiento de la función de la sangre. Por lo tanto del siglo XVI al siglo XX se comprendió el funcionamiento de las sangre como un medio de dotar de oxigeno y nutrientes a las células para que los tejidos y órganos puedan vivir.
Más fue la Biblia donde se da a conocer por primera vez en la historia de la humanidad que la sangre es la que da vida a la carne. Observe los siguientes textos:
Levítico
17:11 Porque la vida de la carne en
la sangre está
Deuteronomio
12:23 Solamente que te mantengas
firme en no comer sangre; porque la sangre es la vida, y no comerás la vida
juntamente con su carne.
En estos textos de la Biblia, deja en claro que la sangre es la que da vida a la carne. Este texto como otros ya mencionados en este blog, deja en claro que el conocimiento de la Biblia se adelante al avance de la ciencia por milenios de diferencia.
¿Cómo
sabría Moisés que la vida de la carne venia de la sangre si ninguna
civilización lo conocía? Aparte que se requería de tecnología
para entender dicha verdad.
Esto
nos recuerda el ejemplo similar de como a través de la historia, hombre de
ciencia dejaron registrado el número de estrellas en el cielo, que consideraron
alrededor de mil estrellas:
En
el 150 a.C. aproximadamente, el astrónomo Hipaco declaró haber contado
1,026 estrellas. Alrededor del 150 d.C. Ptolomeo contó la cifra del 1,056. En
el 1575 d.C. el astrónomo danés Tycho Brahé sugirió la cifra de 777 estrellas.
En el 1600 d.C., el astrónomo alemán Johannes Kepler, publico el número de
estrellas en 1,005.
Fue
hasta el desarrollo de la tecnología del telescopio, que se pudo conocer que el
número de estrellas es similar a las arenas del mar.
Vea usted los siguiente.
Génesis.
22:17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar
Vea como las estrellas y las arenas del mar son tomadas como similares en numero. Esta misma información se presenta en Jeremías 33:22. Dejando a la Biblia como el primer libro en la historia de la humanidad en eseñar que las estrellas y las arenas del mar son similares en número.
En ambos casos se requería del desarrollo de la tecnología para conocer que la sangre da vida a la carne y que las estrellas son similares en numero que las arenas del mar. Por lo tanto era imposible que dicho conocimiento fuera plasmado por sabiduría humana en la edad de bronce. Solo la inspiración divina puedo dar a conocer dichas verdades a Moisés.
De igual manera cuando
la Biblia nos habla de que Jesús dio su vida por el perdón de los pecados y
alcanzar la misericordia de Dios para los hombres por medio de la fe en su
Nombre. Es que literalmente derramó su sangre por nosotros que es la vida. Si
la Biblia no nos miente cuando nos habla de que las estrellas son tan numerosascomo las arenas del mar, que nuestro mundo es circular y flota en medio de lanada, que de los océanos proviene la lluvia que se derrama en la tierra, etc.
Tampoco nos miente de que el único camino para lograr la vida eterna es solo
por la fe en Cristo, su muerte y su resurrección. No la desaproveche querido
lector, aun estamos en tiempos de gracia.
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