Primero que nada, recordar lo que dijo Jesús: "
Mateo 7:[24] Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. [25] Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. [26] Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. [27] Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande».
A partir de este principio, lo que ha enseñado Cristo y sus apóstoles debe estar por en sima de toda enseñanza de hombre.
Así veremos como la Iglesia católica a desviado toda enseñanza de Jesús sin ninguna justificación. Por ejemplo Jesús enseñó que no se debía orar como los paganos, que por mucho repetir palabras Dios no los escucha. (Mateo 6:7), a pesar de esta enseñanza, la Iglesia insiste sobre el rezo del rosario, un rito donde repetir rezos da poder espiritual, que según los católicos dicen que se tiene el benéfico de: " El alma que se encomiende a mí por el rezo del Rosario no perecerá ". Pero ¿Dónde enseñó eso Jesús? ¿Qué apóstol enseña tal cosa?
El sacramento de sacerdocio y su celibato.
1a. Timoteo 3
3:1 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea.
3:2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar;
3:3 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro;
3:4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad
3:5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);
Una de los requisitos enseñados por los apóstoles para los que buscaban ser obispos, era ser un buen padre de familia, un hombre de hogar con esposa e hijos. Con esto queda más que demostrado que Dios nunca a exigido el celibato para sus siervos, sean para el sacerdocio según melquisedec o para ser un obispo.
Por otra parte el apóstol Pablo nos advierte:
1a Timoteo 4
4:1 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;
4:2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,
4:3 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.
Con esta advertencia que no tiene fecha de caducidad, ni puede ser contradicha por ningún Papa, nos deja claro que la prohibición de casarse es un acto contrario a la voluntad de Dios. Las posteriores doctrinas que llevaron a la Iglesia a decidirse por el celibato como cualidad primordial para ejercer el sacerdocio, provienen más por los prejuicios sexuales, no era correcto que un hombre de Dios ejerciera una vida sexual. El sexo fue considerado por muchos siglos por parte de la Iglesia como un mal necesario que solo era para el pueblo, la Jerarquía Eclesiástica debería estar en un estado de pureza sin contaminarse con ninguna actividad de tipo sexual. Eso son los verdaderos fundamentos que llevaron a la Iglesia e exigir el celibato para sus religiosos, pero tal demanda es contraria a las Escrituras, las cuales no ve la vida marital y su actividad sexual como algo malo.
Consecuencias.
La consecuencia es más que obvia, sacerdotes católicos que se han visto con la necesidad de tener amantes a escondidas. Y al exigir el supuesto don del celibato, la Iglesia no pone especial cuidado en que la vocación sea real, por lo que los casos de abuso sexual por parte de sacerdotes no es otra cosa que la falta de una verdadera vocación.
El sacramento del bautismo, el bautismo de infantes y el limbo.
Creer y bautizarse. Jesús enseñó el orden de las cosas, primero esta el creen en el Evangelio y luego bautizarse. Marcos16:16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
En todas las cartas apostólicas hay ejemplos y enseñanzas del orden de la conversión, primero se cree y luego se bautiza. Mas la Iglesia invirtió el orden, bautizando a los bebes sin conciencia como un medio para garantizar su integración como miembro de la iglesia y salvarlos del Limbo, supuesto lugar donde los niños no bautizados iban. La Iglesia uso la creencia del Limbo para angustia de los padres y forzarlos a aceptar el bautismo como un medio de salvación de sus hijos. Durante siglos muchas madres sufrieron la angustia de haber perdido a sus hijos sin ser bautizados, creyendo que estos se habían quedado en el Limbo. El actual jerarca de la Iglesia Romana, Benedicto XVI, a definido de manera oficial que el Limbo no existe, noticia que llego demasiado tarde para miles de madres que murieron con la creencia errada de haberles fallado a sus hijos por no haberlos bautizado.
Mejor hubieran creído las palabras de Jesús que enseñó:
Marcos 10
10:14 Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.
10:15 De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
A pesar de las palabras de Jesús referente de que el Reino de los cielos es de los niños, la Iglesia católica enseñó que los niños sin bautizarse no irían al Reino de los cielos, sino al Limbo. ¿Dónde enseñó el Señor Jesús tal cosa? ¿Algunos de sus apóstoles enseñó el bautismo de infantes para evitar el limbo? La respuesta es; porsupuesto que no, esas enseñanzas del bautismo de infantes y el limbo no son más que creencias de hombres.
Colosenses 2:8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.
La Iglesia católica es una defensora de la tradición por encima de lo enseñado por los apóstoles y el mismo Cristo.
El sacramento de la eucaristía y el libro de Hebreos.
Uno de los problemas más grandes que desarrollo la Iglesia fue la mezcla del Antiguo Pacto dado a Moisés y el Nuevo Pacto en Cristo Jesús. En el Antiguo Pacto, el sacrifico de corderos para perdón de los pecados de los israelitas se realizaba de manera continua, trabajo llevado por los sacerdotes del templo, el cual ejercía un sacerdocio levítico. Estos sacerdotes eran sostenidos por el diezmo del pueblo de Israel. Todas estas formas litúrgicas fueron mezcladas en el Nuevo Pacto, los sacerdotes católicos eran considerados como levitas que ofrecían en sacrificio en cada Misa el cuerpo de Cristo.
Cristo es conocido como el "cordero de Dios" que quita el pecado del mundo. Para ello según la Iglesia católica, era necesario sacrificar al cordero de Dios en cada misa, como lo hacían los sacerdotes levitas con los corderos ordinarios. Por lo tanto el sacramento de la Eucaristía no era otra cosa que repetir el sacrifico de Cristo hecho en la cruz, donde la ostia es realmente el cuerpo de Cristo y el vino es realmente su sangre, el cual el sacerdote da en sacrificio para salvación de los creyentes.
Uno de los problemas más grandes que desarrollo la Iglesia fue la mezcla del Antiguo Pacto dado a Moisés y el Nuevo Pacto en Cristo Jesús. En el Antiguo Pacto, el sacrifico de corderos para perdón de los pecados de los israelitas se realizaba de manera continua, trabajo llevado por los sacerdotes del templo, el cual ejercía un sacerdocio levítico. Estos sacerdotes eran sostenidos por el diezmo del pueblo de Israel. Todas estas formas litúrgicas fueron mezcladas en el Nuevo Pacto, los sacerdotes católicos eran considerados como levitas que ofrecían en sacrificio en cada Misa el cuerpo de Cristo.
Cristo es conocido como el "cordero de Dios" que quita el pecado del mundo. Para ello según la Iglesia católica, era necesario sacrificar al cordero de Dios en cada misa, como lo hacían los sacerdotes levitas con los corderos ordinarios. Por lo tanto el sacramento de la Eucaristía no era otra cosa que repetir el sacrifico de Cristo hecho en la cruz, donde la ostia es realmente el cuerpo de Cristo y el vino es realmente su sangre, el cual el sacerdote da en sacrificio para salvación de los creyentes.
Pero en todo esto hay dos problemas insuperables. El Primero, es que no se pueden mezclar los pactos del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. El apóstol Pablo enseña:
2 Corintios 3:6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
Pablo nos enseña que nosotros no ministramos según el antiguo Pacto (pacto de letras), sino de uno Nuevo. Por lo que no es valido hacer revolturas entre el A. pacto y el Nuevo.
Y el segundo punto, que es aun más insuperable, es lo enseñado por el libro de Hebreos.
Hebreos 9:24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;
9:25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.
9:26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.
El autor del libro de Hebreso explica que él sacrifico de Jesús no se puede repetir constantemente como lo enseña la Iglesia católica con la Eucaristía, sino que el sacrificio de Cristo fue una sola vez. De preferencia lea todo el cap. 9 de Hebreos, así comprenderá mejor los atributos del Nuevo Pacto, en dicho pacto, hay un solo sacrificio irrepetible para el perdón de pecados.
La cena del Señor.
Lucas 22:19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
22:20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
Con estas palabras Jesús deja instituida la cena del Señor, sacramento de la Eucaristía o comunión con el Señor, pero no por repetir su sacrificio realmente, sino se hace en "memoria del Señor". Jesús deja en claro que es la copa del NUEVO PACTO, tal y como no lo enseña San Pablo, somos ministros de un nuevo pacto, y como dice el libro de Hebreos, en este nuevo pacto no se repite el sacrificio de Jesús constantemente, sino una sola vez, cuando el Señor murió realmente en la cruz.
CONCLUCIONES.
La salvación es un don de Dios (regalo de Dios) que se recibe por fe en el sacrificio de Cristo y la santificación en el Espíritu (Romanos 8:1). La gracia de Dios que nos salva se recibe por la fe (Efesios 2:8y9) no por ritos llamados sacramentos. Si bien la Biblia nos enseña que hay sacramentos como el bautismo y la cena del Señor, estos no son para salvación. La Iglesia católica contradice a los apóstoles cuando enseña que la gracia se recibe solo por los sacramentos y no por la fe. Con respecto a esto, Pablo nos advierte:
Gálatas 1:7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
1:8 Más si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
1:9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.
San Pablo nos enseña que si aun los lideres de la Iglesia o un ángel del cielo viene y enseña otro evangelio, debe de ser tomado como maldito. Si los lideres de la Iglesia y los Mormones obedecieran la advertencia de San Pablo, no tendríamos los problemas con falsas doctrinas que tenemos hoy en día.
El verdadero Evangelio dice:
1 Corintios 15
15:1 Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis;
15:2 por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
15:3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
15:4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.
Este es el verdadero mensaje del Evangelio para salvación.
